en casa
Nuestra casa es mucho más que el lugar donde vivimos, es nuestro hogar, nuestro refugio, donde estamos protegidos. El ambiente que creamos en nuestra vivienda es fundamental para estar confortables y sanos, el aire que respiramos en ella debe estar lo más limpio posible.
Contaminación en el hogar
En el interior de nuestros hogares los contaminantes se encuentran más concentrados que en el exterior ya que, además de la polución que se pueda colar del exterior, existen varias fuentes de contaminantes dentro de la propia vivienda. Por ejemplo, los propios habitantes o las mascotas.
El humo del tabaco es uno de los contaminantes más importantes, pero también hay que tener en cuenta otros como el agua y la humedad, que contribuyen a la aparición de mohos, hongos, alérgenos y bacterias. Otra fuente de polución son los materiales de construcción y del mobiliario, que emiten una serie de compuestos orgánicos volátiles que flotan en el aire y pueden ser perjudiciales para la salud. Asimismo, los productos químicos que utilizamos para la limpieza, ambientadores, plaguicidas, pinturas etc, suponen una fuente de exposición a partículas peligrosas.
El mantenimiento descuidado de la vivienda y de su equipamiento también puede originar contaminación. Las grietas en los muros, por ejemplo, permiten la infiltración del gas radón, cuyos efectos en la salud son muy nocivos.1
¿Cómo medir la calidad de aire en casa?
Para saber qué calidad tiene el aire de nuestro hogar hay que tener en cuenta distintos aspectos. En primer lugar, la satisfacción de los ocupantes respecto al aire que están respirando. Para ello se pueden tener en cuenta, por ejemplo, si se perciben olores desagradables o si presentan síntomas relacionados con el aire de mala calidad.
Paralelamente también se puede analizar la concentración de contaminantes mediante distintos métodos como son la lectura directa a través del análisis continuado con dispositivos específicos o la toma de muestras para estudiar posteriormente.
Existen distintos tipos de dispositivos para medir la calidad del aire en espacios interiores. Estos monitorizan en el ambiente de forma continuada y alertan cuando se superan los niveles de contaminación recomendables. Además, avisan de cuándo es mejor ventilar la casa en función de la calidad del aire exterior. Las tecnologías empleadas son2:
- Sensores de CO2: Miden la concentración de este gas en partes por millón (ppm) a través de infrarrojos.
- Sensores de concentración de VOC: Calculan la cantidad de compuestos orgánicos volátiles (VOC) que tienen presencia en el aire. Pueden provenir de diversas fuentes, como productos de limpieza e higiene o de construcción.
- Sensores de PM2.5: Las partículas finas en suspensión pueden producir problemas respiratorios. Para medir su presencia en el aire se utilizan sensores tipo láser.
- Sensores de humedad: evalúan la humedad y la temperatura para evitar la aparición de mohos y bacterias indeseadas.
Problemas derivados del aire interior de mala calidad
La Organización Mundial de la Salud estima que la exposición a la contaminación interior causa desde efectos leves en el tracto respiratorio como congestión nasal, estornudos, conjuntivitis etc, hasta efectos sistémicos como dolor de cabeza, dificultad para concentrarse etc. Entre los efectos más graves, se han documentado enfermedades respiratorias crónicas, asma, dolor muscular, convulsiones, alteraciones endocrinas y muchas más. En definitiva, se ha demostrado que existe una relación directa entre la contaminación del aire interior y la salud.3
Consejos
- Ventila tu vivienda diariamente.
- Utiliza sistemas de filtración y purificación de aire.
- No fumes dentro de casa.
- Utiliza la campana extractora siempre que cocines.
- La NASA4 recomienda decorar tu casa con plantas como el potus, la palmera de bambú, el árbol de caucho o la sansevieria, que absorben los contaminantes del aire.
- Controla el nivel de humedad interior para que se sitúe alrededor del 40%. Vigila posibles filtraciones de agua en el techo o los muros y evita tender la ropa en el interior.
- Mantén una temperatura adecuada y confortable, especialmente en las habitaciones que más frecuentes.5
- Procura que los materiales del mobiliario, pinturas o tejidos sean de origen natural.